Una de las labores de este tiempo de nuestra disciplina es redefinir las relaciones ecológicas del entorno construido. La modernidad transformó el
repertorio formal arquitectónico, hoy tan variopinto y dúctil como desconectado, y la posmodernidad se dedicó a recomponer los vínculos sociales que el proyecto y la maquinaria modernas habían segado. Si durante la segunda mitad del siglo XX se abordó desde una perspectiva eminentemente panóptica,
humanista y jerarquizada, en el siglo XXI debemos hacerlo de forma necesariamente transdisciplinar (científica y “oligóptica”-minuciosa), horizontal e interconectada para recuperar la capacidad de actuar en nuestro entorno produciendo transformaciones significativas. El Socio-constructivismo en
arquitectura recoge la herencia de estas perspectivas y experiencias, traduciéndolas y proyectándolas sobre la praxis disciplinar; y lo hace con la confianza de que las redes de asociaciones que sustentan nuestras iniciativas son trazables y construibles, y que, de su entendimiento y proyección, puede
emerger la figura de un arquitecto más interconectado y también más necesario.
La tesis es fundamentalmente una Traducción de la Teoría Actor-Red, también llamada Teoría de la Traducción. Se estructura con tres líneas narrativas que
discurren en paralelo, como traducciones de un mismo tema. La primera la forma la línea genealógica de una serie de teorías sociológicas y epistemológicas. En el extremo opuesto se sitúan una serie de experiencias y episodios históricos disciplinares que se proyectan a través de la perspectiva que otorga las teorías mencionadas. De la confrontación entre los episodios y la teoría emerge un espacio, que se reivindica como nuevo, que llamamos Socio-Constructivismo en arquitectura, y que desarrolla sus implicaciones disciplinares, las controversias y debates que lo rodean, así como la cuestión de la representación y sus implicaciones en el proyecto de arquitectura