El título de esta tesis alude tanto al edificio construido en Madrid, entre 1953 y 1957, por el arquitecto Mariano Garrigues, como a la presencia, en aquel, de una sensibilidad nórdica que, fundamentalmente, tendría que ver con la adecuación silenciosa al lugar; el rigor en la construcción y la calidad de los materiales, y con un entendimiento del espacio y del cumplimiento de la función, en movimiento.
El punto de partida de la investigación es el viaje que Garrigues realiza al país escandinavo en 1949. La ubicación temporal de esta obra –en el periodo de madurez profesional del arquitecto y en un momento de debate en España entre tradición y modernidad–, permite tratar una manera de proyectar que avanzaría una posible síntesis, entre ausencias y presencias, entre abstracción y naturaleza, entre lo estricto y lo flexible, o entre distancia y proximidad; una síntesis, quizá, entre los dos máximos exponentes de la modernidad sueca de principios del siglo XX: Gunnar Asplund y Sigurd Lewerentz.