Vivimos en un mundo de compleja inestabilidad, volátil y ambiguo, donde las definiciones inequívocas del pasado han dado paso a unos límites fluidos e indeterminados. Cuando repasamos el concepto de “difuso” en filosofía a menudo se relaciona con discusiones sobre ontología, espacialidad y la naturaleza de la existencia. La indeterminación se refiere a la idea de que no todos los aspectos de la realidad son fijos o están claramente definidos. Esto puede aplicarse a diversos ámbitos, como la ética o la identidad. Filósofos como Edward Casey y Henri Lefebvre han explorado la naturaleza difusa del espacio y el lugar, argumentando que el espacio no es un mero telón de fondo para las actividades humanas, sino que se produce de manera activa y cambia constantemente. Los lugares imprecisos y los espacios de ocupación difusa en arquitectura nos remiten a áreas que no están estrictamente definidas o controladas, a menudo caracterizadas por límites fluidos y usos adaptables. Estos espacios se pueden encontrar en entornos urbanos donde la planificación formal y los usos informales conviven, creando escenarios dinámicos y flexibles. Son espacios no programados rígidamente para usos específicos, sino más bien aquéllos pensados para acomodar una variedad de actividades a lo largo del tiempo, ya que se adaptan a esa evolución temporal.
La indeterminación y lo difuso caracterizarán la investigación que se llevará a cabo en este curso. Comenzaremos con una indagación que explore cómo surgen esos espacios, sus implicaciones socioculturales y sus características arquitectónicas. Esto nos guiará hacia la búsqueda de líneas estratégicas que se llevará a cabo en grupo, mientras que el resto del curso se hará individualmente. Edgar Morín nos cuenta que la estrategia significa que si tenemos un guion de la acción, podemos cambiar ese proceso en función de nuevas informaciones que nos lleguen, de las contingencias o del factor sorpresa. La estrategia se puede cambiar en el último momento, como “Napoleón hizo la mañana misma de la batalla de Austerlitz”. La contingencia en el proyecto supone una toma de conciencia acerca del paso del tiempo y la variación azarosa que éste provoca en la configuración de la arquitectura como producto. Es necesario aceptar que la incertidumbre es un parámetro a incorporar al proyecto. Por otro lado, la táctica funciona como respuesta ante un contexto donde dominan las condiciones de incertidumbre como es el contemporáneo. Los términos Estrategia y Táctica aluden a la terminología militar y hacen referencia al manejo de enfoques para el desarrollo de una acción, dependiendo del momento y la circunstancia. Así, lo estratégico responde a una lógica de orden vertical previamente pensada de acuerdo a unas hipótesis que permitan alcanzar una inmejorable posición en la acción. En cambio, lo táctico responde a una lógica de orden horizontal que utiliza todos los elementos no previstos pero posibles durante el desarrollo de la acción misma, lo que implica una variación permanente de los planteamientos de acuerdo a las circunstancias que se van presentando en cada momento. Este sentido táctico se provoca a través de la generación de dispositivos arquitectónicos, tecnológicos y conceptuales que asuman la indeterminación y la variación permanente de lo previsto a priori de una manera positiva, como un potencial y un gran recurso.

Curso 2024 – 2025

Curso 2023 – 2024

Curso 2022 – 2023

Curso 2021 – 2022

Curso 2020 – 2021

Curso 2019 – 2020

Curso 2018 – 2019

Curso 2017 – 2018

Curso 2016 – 2017

  • Cuatrimestre de Otoño

Curso 2015 – 2016

Curso 2014 – 2015

Curso 2013 – 2014

Curso 2012-2013

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *